Seguro que os ha ocurrido en alguna ocasión que cuando
habéis comprado un nuevo ordenador, ya sea portátil o sobremesa este viene con
una serie de programas que no hemos pedido, y sobre todo que no queremos. Los
programas preinstalados en los equipos nuevos son una molestia y una
pérdida de tiempo, por lo menos tal y como están planteados ahora mismo.
En primer lugar porque muchos de los programas que
vienen preinstalados vienen con fecha de caducidad y por lo tanto al cabo
de dos, tres o seis meses caducan las versiones de prueba y hay que comprar la
licencia para seguir utilizándolos o desinstalarlos. Otra cuestión sería si
vinieran como versiones freemium, con funcionalidades reducidas pero sin que la
licencia te caduque a los tres meses.
Otra cuestión que puede llegar a desesperar es la inutilidad de ciertos programas. ¿Por qué se empeñan en preinstalar Microsoft Works cuando es un programa totalmente inútil? Carece de la funcionalidad del programa MS Office y su compatibilidad con distintas aplicaciones tipo CRM o ERPque lo pueden hacer imprescindible en entornos corporativos.
Otra cuestión que puede llegar a desesperar es la inutilidad de ciertos programas. ¿Por qué se empeñan en preinstalar Microsoft Works cuando es un programa totalmente inútil? Carece de la funcionalidad del programa MS Office y su compatibilidad con distintas aplicaciones tipo CRM o ERPque lo pueden hacer imprescindible en entornos corporativos.
Desde luego no se que quiere conseguir Microsoft con esta
estrategia pero si quiere que la gente utilice más Works, está claro que no lo
está consiguiendo. Otra cuestión será si a partir del año próximos empiezan a introducir
en los equipos nuevos MS Office en su versión Starter que se rumorea que
vendrá sólo con Word y Excell e incluirá publicidad como forma de financiación.
Pero lo que más me molesta es la pérdida de tiempo,
puesto que los equipos tienen que instalar el software corporativo y además es
necesario desinstalar todo el software preinstalado anteriormente, lo cual nos
lleva un tiempo que nadie nos compensa. Tendría sentido si estos programas
fueran útiles para las empresas y usuarios en general, pero creo que no es el
caso.
Además en el ámbito empresarial se agrava la cuestión puesto
que en muchos casos no podemos elegir. Ya tenemos un antivirus corporativo y no
lo vamos a cambiar por el que ya viene preinstalado y lo mismo podríamos decir
del resto de programas. Por eso, a la hora de decidir una compra es un factor a
tener en cuenta, por supuesto no es decisivo, pero suma a la hora de elegir. Si
con un equipo no es importante pero si se compran varios es una de esas cosas
que acaba molestando bastante.
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