Facebook y Google están gastando miles de millones de
dólares para asegurarse de que seguirán siendo relevantes en el panorama
tecnológico que cambia rápidamente.
Facebook y Google están atrapados en una batalla
multimillonaria por determinar el futuro, en la que hay mucho interés.
Ambas compañías están invirtiendo desenfrenadamente en
tecnologías emergentes. Sus objetivos: cuando sus negocios actuales se
desbaraten —y así será— tendrán un plan de apoyo.
"Si bien a Facebook le va bien por ahora, se sabe que
su principal negocio podría degradarse, tal como ocurrió con
MySpace", dijo Carl Howe, analista de Yankee Group.
Es por eso que Facebook ha invertido miles de millones de
dólares en una red para compartir fotos, en un software de reconocimiento
facial, una aplicación de chat y ahora, en la compañía de realidad virtual,
Oculus. Google, a su vez, ha invertido miles de millones en autos autónomos,
gadgets portátiles, robots militares y —más
recientemente a través de su compra de Nest— en dispositivos para el
hogar conectado como detectores de humo y termostatos.
Parece que Facebook y Google ahora son combatientes en la
versión de Silicon Valley de una carrera armamentista de la Guerra Fria.
"Facebook y Google son titanes de la alta tecnología
que están envueltos en un 'Monopoly' de la vida real para adquirir propiedades
tecnológicas selectas en un intento por mantener y expandir su dominio entre
sí, así como sobre diversos rivales", dijo Laura DiDio principal analista
en la consultoría ITIC.
Estas son apuestas a largo plazo. En todos sus intentos por
diversificarse, ninguna de las compras de empresas les ha ayudado a expandirse
más allá de sus principales modelos de negocio aún. Google y Facebook generaron
más o menos el 90% de sus ingresos por publicidad el año pasado.
Al
comprar Oculus, Facebook está apostando a que la próxima ola
tecnológica podría ser dominada por los dispositivos portátiles. Google está
haciendo una apuesta similar con Glass y su plataforma de relojes inteligentes
Android Wear.
La gran pregunta es si Facebook adquirió la compañía de
portátiles correcta.
El martes, Mark Zuckerber dijo en una conferencia telefónica
con analistas que cree que la realidad virtual podría llegar a ser la
plataforma de comunicaciones del futuro.
Pero Oculus no es como la mayoría de los dispositivos
portátiles; está aislado del resto del mundo, asumiendo el control de la
mayoría de tus sentidos, incluyendo todo tu campo de visión. Eso es sensacional
para los juegos, pero no seremos capaces de caminar por la calle con estas
cosas como lo hacemos hoy con los teléfonos inteligentes e incluso podríamos
hacerlo algún día con los relojes inteligentes y Google Glass.
"Oculus tiene muchas aplicaciones geniales y de
inmersión", dijo Ron Gruia, consultor principal en Frost & Sullivan.
"Al mismo tiempo, Oculus es muy cerrado, lo que limita su utilidad".
Incluso si no tiene éxito, la apuesta parece valer la pena
para Facebook. La compañía gastó 2.000 millones de dólares en Oculus, pero solo
pagó 400 millones de dólares en efectivo; se trata de una pequeña cantidad para
una compañía que tiene 11.500 millones de dólares en sus arcas corporativas.
Pero en la emergente Guerra Fría entre Facebook y Google, la
red social no puede tomar tantos riesgos. Google tiene 59.000 millones de
dólares en efectivo y puede perder una apuesta de vez en cuando, como lo hizo
con Motorola Mobility. (Google compró Motorola por 12.500 millones de dólares
en 2011, pero posteriormente se despojó de la mayoría de los activos,
incluyendo la reciente venta del negocio de teléfonos inteligentes de Motorola
a Lenovo por más o menos 3.000 millones de dólares).
La misión de Google de catalogar información es además más
amplia que la meta de "conectar a la gente" de Facebook. Así que,
mientras Facebook puede hacer alocadas apuestas como lo es Oculus, tiene menos
margen de maniobra que Google en garantizar el pago de sus deudas. El
miércoles, los inversores también mostraron su desaprobación. Las acciones de
Facebook cayeron en más de un 3%.
Pero hay que darle crédito a ambas compañías por saber que
no pueden dormirse en sus laureles. El director ejecutivo de Google, Larry
Page, y Zuckerberg, de Facebook, parecen admitir que no es fácil estar en la
cima del mundo tecnológico por siempre.
Numerosas firmas que una vez fueron titanes de la industria
cayeron a la Tierra después de fracasar en adaptarse a la nueva ola
tecnológica. De hecho, ambas compañías literalmente tienen sus oficinas
centrales en el cementerio de quienes una vez fueron un encanto tecnológico.
Las oficinas de Facebook en Merlo Park están en la antigua
casa de Sun Microsystems, que Oracle adquirió en 2010. Y Google vive en las
oficinas centrales que eran parte de Silicon Graphics Inc, la que una vez fue
una grandiosa empresa de computadoras y se declaró en quiebra en 2009.
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