Ref. Foto: Los 'selfies' de distintos tipos, unipersonales,
grupales, sin maquillaje, etc.
El furor de los ‘selfies’ es cada vez más fuerte, tanto que
ya existen categorías para diferenciarlos. Aunque el fenómeno es en apariencia
inofensivo, los estudios recientes indican que puede afectar la autoestima.
Desde que el diccionario Oxford eligió selfie como la
palabra del año de 2013, la moda de tomarse fotos con la cámara del celular y
compartirlas de forma instantánea en las redes sociales ha crecido en forma
exponencial. Hace poco Instagram reportó que hay 80 millones de selfies en su
plataforma. El auge es tal que ya hay categorías para distinguir los
autorretratos: desde los no make-up selfies donde la gente quiere mostrarse al
natural, sin maquillaje, hasta los llamados ‘uglies’ que retratan a las
personas haciendo muecas.
También están los fit selfies, una categoría que dominan los
que quieren lucir su figura cuando van al gimnasio, y los couplies, para las
parejas que quieren registrar sus salidas. Las que exponen a celebridades o
políticos son conocidos como celebrity selfies o power selfies. Incluso hoy
estas fotos son usadas para promocionar productos o impulsar campañas.
Pero de estas categorías la más original y popular es el
after-sex selfie que muestra a una pareja después de tener relaciones sexuales.
Algunos, incluso, van más lejos y las toman durante el acto. Según un informe
del portal de citas AshleyMadison.com el 60 por ciento de sus usuarios confiesa
haberse tomado un sex selfie para publicarlo en internet, prueba de que hoy la
gente está obsesionada con hacer público lo más íntimo.
Para muchos no hay ciencia detrás de este fenómeno porque la
humanidad siempre ha tenido debilidad por los autorretratos. Pero los
psicólogos creen que hay una gran diferencia entre uno clásico y los selfies
que se suben hoy a las redes sociales. Por eso han decidido investigar el
fenómeno a profundidad. Uno de esos estudios, hecho por Petya Eckler, profesora
de la Universidad de Strathclyde, en Reino Unido, midió qué tanto afecta a las
mujeres observar estas imágenes en Facebook. La investigación concluyó que las
hace preocuparse demasiado por su imagen porque “su autoestima depende de que
sus contactos les den ‘like’ a sus publicaciones”, señaló Eckler a SEMANA.
Aunque en el estudio solo participaron estudiantes universitarias,
“los hombres también tienen mucha presión social por lucir un cuerpo ideal”,
afirma Eckler. Los adolescentes son más vulnerables porque están formando su
personalidad y se sienten rechazados cuando sus publicaciones no gozan de
popularidad o reciben críticas. Todo esto puede llevarlos a deprimirse e
intentar suicidarse. Así le ocurrió a Danny Bowman, un británico de 19 años que
dedicaba hasta diez horas al día a tomarse autorretratos. Fue tal su obsesión
que perdió 12 kilos e intentó quitarse la vida porque no lograba el selfie
perfecto. Tras lo ocurrido, a Bowman le diagnosticaron trastorno dismórfico
corporal (TDC), enfermedad que se caracteriza por la excesiva preocupación por
la imagen física.
Otro trabajo, publicado en el Journal of Adolescent Health,
corroboró los hallazgos de Eckler. La gente siente envidia, soledad y malestar
general cuando observa las fotos de sus amigos en redes sociales pasándola bien
mientras ellos están en Facebook.
Según los expertos, el mayor riesgo que sufren las personas
que se toman demasiados selfies es que pierdan su criterio y se dejen llevar
por el impulso narcisista de exhibirse para luego arrepentirse de lo publicado.
Pero no hay señales de que esta tendencia se acabe. Todo lo contrario. “Los
jóvenes tiene otra idea sobre la privacidad y ven esto como algo natural, por
lo cual se espera que hagan sus vidas cada vez más públicas y, por supuesto,
con montones de ‘selfies’”, concluye Eckler.
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